Bienvenid@s a...

Bienvenid@s a...

Last Assault

domingo, 18 de agosto de 2013

Prólogo: MISIÓN

"Necesito plasmar en papel aquél recuerdo. Necesito expresar lo que sentí en aquellos momentos: angustia, terror, conmoción...Aún recuerdo las palabras que parecieron condenar nuestro Destino...<<Nadie puede escapar de la locura de Shutter Island...>>
Pero aunque conseguimos escapar, esa locura ha ido consumiendome. Vimos cosas que nunca deberíamos haber visto. Aunque fuimos entrenados para soportar este tipo de situaciones, yo, por lo menos, no pude soportarlo. Por eso quiero escribirlo, para alivar mi alma y exponer mis recuerdos en papel...
Todo empezó un 23 de octubre..."
-June, Hyde quiere vernos en su despacho- la chica levantó la mirada de los archivos que ojeaba para mirar a su compañero. Stan Langdom era bastante atractivo para su gusto. Solía vestir trajes oscuros a juego con su pelo ondulado y sus ojos negros. June asintió y se levantó de la mesa en la que había estado trabajando hasta ese momento y juntos se dirigieron al lugar de encuentro...
-Os habéis dado prisa- comentó Kyle Hyde, jefe de la unidad. Era un hombre de unos 34 años, con el cabello castaño despeinado, ojos azules como el hielo y una barba de tres días dibujada en el mentón. June asintió desviando la mirada a los otros dos integrantes de la sala. Lana Skye, con su habitual semblante serio y sus cabellos castaños, ojeaba un archivo que había sobre la mesa. Y Godot, un sensual hacker de cabellos blancos y pasado misterioso, que bebía una taza de humeante café. June se sentó entre Stan y Godot, y observo a Hyde.
-Bien, ya estamos todos- murmuró Lana- ¿Para que nos has llamado?- inquirió.
-Esta mañana he recibido la llamada del alcaide del manicomio Ashecliffe- comenzó, encendiendo la pantalla digital para mostrar a sus compañeros la imagen de una isla oscura, con un destacable edificio blanco en la falda de la montaña- Uno de los presos de alto nivel de peligrosidad ha escapado, y temen que pueda hacer ago. Nos han pedido que viajemos hasta Shutter Island para buscarlo- concluyó.
-¿Y si se ha escapado ya de allí?- inquirió Godot.
-Imposible- la que habló fue June- Los barcos solo van una vez al mes a la isla para llevar provisiones y medicamentos, y eso suele ser a final demes, el última día para ser exactos- explicó- Además, las mareas y corrientes marinas son frecuentes y traicioneras, e intentar salir de allí a nado sería un suicidio. La isla queda incomunicada del resto del mundo hasta que el barco vuelve para cumplir su misión. Solo el alcaide tien una forma de contactar con tierra firme, y es a través de una pequeña radio que tiene en su despacho, por eso fe capaz de hablar con Hyde- concluyó. Hyde la miró satisfecho. A pesar de que no conocía la misión, la chica había hecho los deberes mucho antes. June era una muchacha de unos 20 años, con el cabello negro como el carbón y los ojos azules como aguamarinas. A pesar de su corta edad, había ingresado en la CIA con facilidad por poseer una superdotación intelectual profunda. La chica tenía grandes dotes para las matemáticas y la expresión verbal, por no decir la creatividad y la facilidad de resolver casos, y poseía lo que la gente conoce como "memoria fotográfica". Hyde había suplicado tenerla en su equipo cuando descubrió que su coeficiente intelectual sobrepasaba los 200 puntos.
-Si el criminal siguen en la isla entonces será más sencillo- declaró Godot, llevándose la taza a los labios- Además, si llevamos armas, será coser y cantar ¿verdad Colt?- comentó, dedicando a June una sonrisa desdeñosa. Esta le dirigió una mirada de indiferencia y volvió a centrarse en Hyde, que recordo otro de los motivos que le habían llevado a incluir a June en su equipo. Tenía una puntería asombrosa, y conocía tan bien las armas que se había ganado el sobrenombre de "Colt" en honor al revolver de calibre 38 que siempre llevaba encima.
-¿Cuando partimos?- inquirió Lana.
-En dos horas, preparad cuanto antes vuestro equipaje- informó Hyde. Y tras explicar las órdenes dadas por el alcaide, se dispusieron a prepararse para partir...
"Y esa fue la última vez que pude estar tranquila con mis compañeros antes de que todo comenzara. La incertidumbre se apoderó de mi en cuanto subí al barco, una pequeña lancha motora con la capacidad de siete personas. Una lancha que no volveríamos a ver..."

No hay comentarios:

Publicar un comentario